Indiana Jones (Harrison Ford) es un inquieto profesor de arqueología en la Universidad, que además de tener embelesadas a sus alumnas, se dedica a buscar valiosas piezas de arqueología. Esta vez no es él quien se mete en líos, sino su padre Henry (Sean Connery), también aficionado a la arqueología. Henry es un testarudo viejo que se ha empeñado en encontrar el Santo Grial.
Cuenta la leyenda que el Santo Grial es la copa donde Cristo bebió en la Ultima Cena, y el que lo encuentre y beba de él, conseguirá la vida eterna. Pero un nazi sin escrúpulos ha retenido a Henry y trata de apoderarse del Santo Grial. Con su habitual capacidad para meterse dentro de la psicología infantil, Steven Spielberg intentó recuperar los viejos seriales de aventuras de los años 30 y 40. El resultado, como en las anteriores entregas, son dos horas de acción sin respiro, en las que se acumulan, una tras otra, situaciones disparatadas de las que Indiana Jones siempre sale triunfante.
Como suele pasar en todas las películas de Spielberg, el orden bueno -el occidental- se ve amenazado por el orden malo -que en este caso son los nazis-. Éste es el punto de partida para llegar a una confrontación entre lo humano y lo divino. Spielberg es un maestro en la manipulación de los sentimientos del espectador, y logra la emoción visual a un ritmo trepidante, en el que se suceden a velocidad de vértigo un catálogo de las situaciones más arriesgadas que se puedan imaginar.
Cuenta la leyenda que el Santo Grial es la copa donde Cristo bebió en la Ultima Cena, y el que lo encuentre y beba de él, conseguirá la vida eterna. Pero un nazi sin escrúpulos ha retenido a Henry y trata de apoderarse del Santo Grial. Con su habitual capacidad para meterse dentro de la psicología infantil, Steven Spielberg intentó recuperar los viejos seriales de aventuras de los años 30 y 40. El resultado, como en las anteriores entregas, son dos horas de acción sin respiro, en las que se acumulan, una tras otra, situaciones disparatadas de las que Indiana Jones siempre sale triunfante.
Como suele pasar en todas las películas de Spielberg, el orden bueno -el occidental- se ve amenazado por el orden malo -que en este caso son los nazis-. Éste es el punto de partida para llegar a una confrontación entre lo humano y lo divino. Spielberg es un maestro en la manipulación de los sentimientos del espectador, y logra la emoción visual a un ritmo trepidante, en el que se suceden a velocidad de vértigo un catálogo de las situaciones más arriesgadas que se puedan imaginar.
Fuente:
http://www.decine21.com/Peliculas/Indiana-Jones-y-la-ultima-cruzada
Siento que fue un 'bajón' de calidad con respecto a la segunda (Indiana Jones y el Templo de la Perdición o creo que por allá se tituló El Templo Maldito). Creo que lo que le ayudó mucho a esta peli fue la presencia de Sean Connery.
ResponderEliminarEsta es de las pelis antiguas de Indiana Jones que menos recuerdo, supongo que sería porque fue la que menos me gustó...
ResponderEliminarPues a mi la contrario, creo que es la que mas me gusta. Es que veo el Templo Maldito muy exagerada a veces, y la tia es una gritona, me pone muy nerviosa. Eso si, Ke Huy Quang esta graciosisimo (si, se cambio el nombre por Johnatan, pero me da igual, yo le llamo asi) La presencia de Sean Connery sin duda ayuda y mucho, me encanta la relacion de Indi con su padre, es lo mas diver de la peli. Ademas es todo un mito el objeto que en este caso persiguen, el del Santo Grial. Ah, y de la primera peli de Induana Jones, la del Arca Perdida, lo mejor es tambien el objeto que siguen, los cambios de escenario y la gran Marion Ravenwood, por supuesto.
ResponderEliminarPara mí esta fue la mejor película de toda la serie.
ResponderEliminarLa última fue la peor.
Como lo dije el otro día, en mi adolescencia, cuando estrena alguna peli de Indiana Jones tocaba cine ese fin de semana! Me encantaban.
ResponderEliminarSe que me gustaron todas, pero no recuerdo en dónde se desarrollaba la escena de cada una, porque básicamente todas las partes eran de aventuras.
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