De vez en cuando caían en nuestras infantiles manos, casi siempre regalo de alguna abuela, unos recipientes de distintas formas llenos de unas bolitas que estaban bastante asquerosas pero que te las acababas zampando.
Eran las bolitas de anís, que no sé si llevaban anís en sus ingredientes, pero te dejaban un regusto empalagoso y dulzón. Eran de colores y en contacto con el sudor de las manos se medio deshacían, por lo que al final acababas con las manos todas pegajosas.
Otro problema que había con estas bolitas era que siempre llegaba un momento en el que se te caían todas al suelo. Luego tu madre estaba tres meses encontrando bolitas cada vez que barría.
Jajaja las tronabas y les salía el líquido blanco sabor a anís.
ResponderEliminarAquí también había.
Saludos.
también ocurría que cuando las chupaba en el mismo envase de plástico, se convertían en una sustancia amorfa y bastante asquerosa.
ResponderEliminarPues sí, estoy de acuerdo, esta golosina en realidad no creo que nos gustara a nadie. Hasta los envases eran ridículos. Eso sí seguro que completamente made in Spain.
ResponderEliminarcarlos
Qué recuerdos a naftalina traen las bolitas de anís, jeje.
ResponderEliminarYo había tenido todas las variantes que salen en las fotos y también hacia guarradas del estilo que esplicais cuando las chupaba directamene del recipiente en que venian ....
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