Este verano cuando estaba pasando unos días en el pueblo atravesé un pequeño parque con columpios y de repente noté que el suelo estaba blando. "El suelo está acolchado, para que los niños no se hagan daño si se caen", me dijeron. ¿Os imagináis en los ochenta un suelo blandito bajo los columpios? ¿Pero de qué están hechos los niños hoy en día?
Nuestros columpios eran de hierro, y cuanto más oxidados mejor. Y debajo no había suelo blandito, sino tierra y alguna que otra piedra. Cuando llovía el charco era obligatorio. Y el artefacto ese en forma de semicírculo que yo nunca usaba, porque una vez me subí y luego no me atrevía a bajar. Me tuvo que rescatar mi abuela.
Luego estaba el 'sube y baja', que como el que estuviera abajo se apartara de golpe te pegabas un hostión que te pulverizaba la rabadilla y todas las vértebras lumbares.
¿Y el tobogán? Con aquellos listones de madera que siempre estaban rotos y astillados, pero nos tirábamos igualmente...
Como mucho acababas con algún moretón y alguna rodilla pelada, y no teníamos suelos de corcho. Y después de jugar, todos a meter el morro en la misma fuente.
El subeybaja que tienes en la foto no es muy de España, le faltan las patas debajo del asiento que SÌ tenían en los 80 los columpios españoles y qeu NO tienen los columpios de México hoy en día.
ResponderEliminarEsa foto es mexicana, lo sé porque el monte que se ve al fondo está en la ciudad donde vivo, es el cerro de las mitras.
Buenooo, qué razón tienes... Y el laberinto ése hecho de tubos de hierro (un entramado en el te podías meter dentro y colgarte ) donde lo más fácil era desnucarte. Eso mismo pensaba yo el otro día al pasar frente a mi colegio, que no sé como los mayores de entonces no pensaban en nuestra integridad.
ResponderEliminarcarlos
Ya!q chasco!!cd fui al parque por primera vez de mi ciudad natal y no tenian el columpio segundo!!el de la silla!y otro q habia mas largo!!me encanto el post!!!
ResponderEliminarEs que todas aquellas estructuras olían a óxido, siempre estaban hechas polvo.
ResponderEliminarLlevo al menos seis cicatrices (tres en la barbilla, hoy perilla, claro) como regalo inolvidable de estos columpios exterminadores... pero seguimos vivos.
ResponderEliminarA cuenta del aparato en semicirculo llevo yo una bonita señal en medio de la frete .... pues me subi me colgue de las piernas para abajo, se me escurrieron las piernas y pluff contra el suelo ....
ResponderEliminarsi señor, en pontevedra, también nos lesionábamos facilmente; nada de corcho en el suelo. todo era tierra o cemento.
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